sábado, 2 de julio de 2016

Viaje de vuelta

Me fui porque no sabía si tú eras razón o excusa para quedarme.
Porque resonó en mi cabeza el grito mudo de un alguien que podría ser yo en un futuro rogándome auxilio a mí misma: tú que puedes, márchate.

Y en un alarde de todas mis victorias -como quien sólo vive de glorias pasadas- supuse que marcharme sin dar más explicación que sentirme fuera de lugar era la muerte más digna o quizá sólo el 'fin' menos cruel para los espectadores.

Y ahora me debato entre el orgullo de quien sabe que se ha equivocado pero no se atreve a renunciar a sí mismo por alguien más, y las ganas que tengo de volver a besarte los párpados cuando me sueñas.

Este es sólo mi quincuagésimo viaje de vuelta.
Las peripecias de una nueva partida hacia el lugar de origen.
La heroicidad que es tal sólo por acometerla un cobarde.

Y mis inmensas ganas de volver...